“El taller de narración consiste principalmente en el círculo narrativo.
Se trata de crear un ambiente acogedor colocando una alfombra o algunas telas en el suelo con cojines alrededor. A medida que llegan, las mujeres se quitan los zapatos y se sientan en el suelo.
Hay presencias fijas, pero el grupo es abierto, cualquiera puede venir y participar, basta con respetar las reglas, que son sencillas: habla la persona que lleva en mano el testigo (en nuestro caso una bufanda de gasa blanca con diseños azules, hecha por una cooperativa de mujeres de Nairobi) que al final del cuento se pasa a la persona que de alguna manera ha expresado la voluntad de narrar a su vez.
A un cuento se responde con otro cuento, no con consejos o comentarios. Es muy importante que no haya juicio, solo escucha de las historias que se narran y de cómo resuenan dentro de nosotros, sacando a la superficie otras historias.
Cuando comienzan las narraciones, siempre encendemos una vela en el centro del círculo, símbolo del fuego alrededor del cual, tradicionalmente, en muchas culturas se cuenta. Es un fuego pequeño, pero calienta. Es allí donde confluyen las miradas cuando alguien termina de contar y nos quedamos escuchando lo que vibra en nuestro interior, si por casualidad otra historia no emerge a nuestros labios ”. Susanna Bissoli